Suelo escuchar que el sistema parlamentario es superior al sistema presidencialista, porque tiene mayor capacidad para representar las diversas opciones y posiciones políticas, y porque puede transformarlas mejor y más rápido en gestiones de gobierno, reduciendo tensiones y conflictos.
El sistema parlamentario se caracteriza porque su principal órgano de poder es colegiado y surge de la votación de sus ciudadanos. El gobierno es elegido por el parlamento. Cuando existe una mayoría partidaria, es ella la que elige al jefe de gobierno; pero, cuando no, se forman alianzas o coaliciones que pueden implicar acuerdos programáticos o de gestión. En suma, es un mecanismo de gobierno basado en la concertación y el diálogo.
En el continente americano hay varios países parlamentarios. El más grande es Canadá y el único en Sudamérica es Guyana. Los demás son países caribeños y muchos son parte del Reino Unido. En ellos, como en Canadá, “el rey reina, pero no gobierna”, lo hacen sus primeros ministros elegidos por los parlamentos.
En Estados Unidos y en el resto de América rige el presidencialismo. En Estados Unidos, consistente con su sistema federal, la votación popular elige a un colegio electoral en el que cada Estado tiene un número de delegados variable según su población y su influencia histórica. En los demás elegimos presidentes por votación popular. Cuando no se alcanza una mayoría clara, suele intervenir el Congreso o se recurre a una segunda vuelta.
Pero el presidencial no es un sistema eficiente. Read the rest of this entry »